Todo cuentos.

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lunes, 15 de diciembre de 2014

EL SOLDADO DE GUMBELL

Ojalá os guste:



EL SOLDADO  DE
GUMBELL.


Lo que tenían que hacer es escaparse de ahí. Las Gumbelos, unos insectos parecidos a las mariquitas pero estos tenían las alas de color amarillo y podían volar. En una casa de una familia de 4 personas con un gato, vivía el origen de esta raza. Los Gumbelos crearon su capital en un hueco entre el frigorífico. Estos animales adaptaban el frío, algo menos el calor, aunque solo algunos. Pero tenían que viajar a otro lado fresco también, ya que aquí un día un miembro de la familia, el niño, vio a uno de los Gumbelos.



Nos preparamos para salir del frigorífico, pero nadie lo abría. Parecía que hicieron viaje. Los Gumbelos somos vegetarianos, así que comíamos la interminable lechuga que había en el frigorífico.

Pero un día se acabó toda la fuente de suministros que teníamos.



Día 1.



-¿Encontrasteis algo de verdura más?-dijo Yuirt, el rey de nuestra tropa.

-Nada...-dijo Asking, uno de los más importantes de la tropa.

-Rodre, ¿cuántos somos?-dijo Yuirt.

-Somos 25.-dije yo, que si no me presenté soy Rodre.

-¡Señor, Yuirt!-gritó nuestro soldado Ñerta.-He visto comida, es fruta. Es algo podrida, pero servirá. Son manzanas.

-¿Dónde están?-dijo Yuirt.

-En el frutero, fuera del frigorífico.-dijo Ñerta con voz temblante.- Ese es el problema, pero si salimos tendremos comida y fuerzas para irnos de aquí.

-¿Pero cómo salimos?-pregunté yo.

No lo sé. Ese es el problema.-dijo tristemente el rey.





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Día 2.



-Señor, murió Letis. Nuestro soldado número 23.-le dije yo con alma en pena a Yuirt.

-Intentad aguantar, al menos vosotros, lo más importantes. Hay que hacer lo posible por esto, cada vez quedamos menos y esto es más desesperante. Rodre, Asking, Ñerta, Cuih... ¡Podemos salir vivos de esto! ¡Intentémoslo!.-dijo Yuirt.

-Pero, Yuirt... No sé qué pasará. Voy a investigar una salida.-dijo Ñerta, el encargado de explorar en nuestro reino.

-Vale Ñerta. Cuih, intenta calmar a nuestros soldados vivientes.

-Sí, señor.

-Rodre y Asking, buscar algunas formas que tengan salida. Investiguen todo el frigorífico. Que os acompañe dos soldados, el 6 y el 7. Entre los 4 haréis algo.

-Sí, señor.-dijimos los dos.

Nos pusimos en marcha. Teníamos miedo de morir. No sé si dije que los Gumbelos vivimos comiendo unos 3 años, y podemos aguantar sin comer unos 8 o 9 días. Somos bastantes impresionantes. Yo tengo un año y medio de años. El más mayor es Yuirt, con 3 años. Pronto los cumple. Seguimos buscando, con los soldados PieVen, el soldado 6 y el 7, Lorti. Entonces nos perdimos. Si esto era agobiante, estar perdidos era aún más. Subimos arriba para encontrar la pared, y así al menos saber un poco orientarnos, ya que la ciudad estaba arriba. Vimos un hielo con dentro algo extraño. Parecía comida. Entonces dijo PieVen:

-Comamos esto. Rompamos el hielo y lo compartimos. Así seremos los últimos en morir, con más posibilidades de salvarnos.

-Yo quiero ayudar a Yuirt.-dijo Asking.

-Le traemos luego un trozo si eso.-dijo Lorti.

-Pero... los pobres soldados. A mí me caen bien.-dije yo.

-Pero Rodre, esto es supervivencia. No importan los demás.-dijo PieVen.

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-Ya pero...-dije yo deprimido por los demás.

-He visto la ciudad.-dijo Lorti.-Llamemos a Yuirt.

-Él dirá que le demos a todos, es mejor callarse.- afirmó PieVen.-Parte el hielo, Asking.

-Intentaré hacer lo que pueda, pero hay que llamar a Yuirt.

-Caguetas... Ya me lo comeré yo solo y lo partiré solo.

Y nos fuimos sin PieVen, yo muy preocupado por él. No vimos a Yuirt en todo el día.



Día 3.



Fui a buscar a PieVen sol. Me acordaba de donde fuimos al reino. Lo vi mordiendo el hielo, vomitándolo después el agua y seguía. Se le veía con mala cara. Le pregunté:

- Déjalo, PieVen. Tú solo no podrás hacer nada.

-Ya me queda poco.-me dijo PieVen.

- Ven a que te cure Yuirt, va a preguntar por ti. Hoy cuento cuantas personas quedan vivas.

- Intentaré romper el hielo hasta que muera. Esto es mi futuro.

- Entre todos será más fácil.

- Pero entre todos hay menos comida.

- ¿Y qué importa eso? Te recomiendo que dejes eso, o no te cuento en la lista de seguir vivo. Sé que no sales vivo de aquí, avaricioso.

- No me cuentes tu vida y vete.-me dijo rendido PieVen.

Y se desmayó. Lo llevé al hospital de Gumbell. Fue a curarlo Gabat, el médico, aunque más que médico no era nada. Nos dijo que no se podía hacer nada, como de costumbre decía esto ese soldado. Fui a contar la gente que seguía, y me encontré el cadáver del soldado número 25, llamado Uert. Ya eramos 23 solamente. Esto era horrible, no íbamos a aguantar nada. Yuirt habló de una reunión mañana con todos los que seguían vivos. Por la noche PieVen calló para siempre. Nuestro gran soldado PieVen... Entonces le hablé a Yuirt del hielo que intentó romper él, y este

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me dijo que entre todos lo romperíamos mañana, después de la reunión. Pero no me esperaba lo que pasaría ahora.



Día 4.



El hielo desapareció. Alguien terminó de romperlo y se lo comió todo. Buscamos al ladrón, pero no le encontramos, además era la reunión. Antes de esto murió el soldado 23, Dagriel. Ya éramos 21. La reunión iba a comenzar. Fue todo el mundo, lo que no esperaba es que después de la reunión pasara muchas cosas. En la reunión dijo Yuirt:

-Señores del reino, soldados de Gumbell. Estamos en sequía, vamos a morir tarde o temprano. Esto va a ser duro. Hay que buscar comida. Ayer encontramos un poco pero desapareció. Ahora vamos a descubrir quien es para matarle por traición. Yde tan extrema hambre, comeremos su cuerpo. Tendremos que saciarnos de energía.

Hubo una revuelta en la sala. Torr gritó:

-¡Eso es canibalismo! ¡Estais todos muy locos! ¡No puedo más! Quiero ofrecerme como rey para no tener a este asesino.

Le susurré a Yuirt:

-Parece el que se comió la comida. Se le ve algo más gordo a los demás.

-Ya lo veo. Hay que ir a por él.-entonces fuertemente dice-. Esta persona parece que se comió la comida. Vamos a por él.

-¡Tranquilidad!-dijo él-. No pasa nada, porque quiero compartir la comida con quien vaya conmigo. Solo me tienen que hacer un trueque: Trozo de comida doy yo por vuestra arma. Mirad la comida.

Enseñó la comida y todos fueron a por él con el arma, pero no para atacar, si no para darle el arma. Se unieron 10 personas con él. Ya eran 10 del bando de Torr con 11 del buen bando. Entonces tuvimos que actuar. Por la noche fuimos a por uno llamado Gais, le matamos y nos comimos su cuerpo. Estábamos locos de remate,  pero era por no poder comer. Nos rendimos y pensamos en nuevo plan. En vez de escapar de aquí, nos comeremos a todos uno por uno. Esto era una locura... Nos podía el hambre.

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Día 5.

Nos decubrieron. Sabían que nos comimos a Gais, y planearon una estrategia. Pero nosotros teníamos otra. Creamos una arma nueva, era como un arco pero que al soplar aire soltaba lo que tuviera dentro. Le llamamos escopeta de aire. Soltaba bolas de hielo, suficiente para golpear a alguien y matarle. Nos pusimos detrás de un frasco de filete ruso. Los traicioneros llegaron y nosotros cargamos, pero ellos tenían su idea también: Cuchillos arrojadizos... Mataron a dos de los nuestros, a Yuberas y Roque. Ya éramos solamente en mi grupo 9 personas como en el suyo... Entonces nos tocaba a nosotros pero no disparamos, nos llevamos a los cadáveres a nuestro escondite. Y mientras comíamos a Yuberas hablamos de como escapar de aquí. Era una tontería pelear. Sin tregua perderíamos el doble de gente. Teníamos que salir de aquí.
-Hay que buscar una salida, va a ser difícil poder hacer tregua.-dijo Yuirt.
Pero entonces dijo Hurtera, uno de los soldados:
-Conozco una salida. Debajo del todo, a unos 60 cm de aquí, es el fin del frigorífico. Hay un pequeño agujero, si lo hacemos más grande...
Pero saltó Asking:
-¿60cm? ¡Eso es demasiado! ¡Tardaremos días en llegar!
-Pero es mejor salir que quedarnos aquí y morir.-dijo Yuirt. -Buena idea Hurtera, llévanos al final del todo.
Entonces fuimos a camino, pero teníamos miedo de encontrarnos con el grupo de Torr, cosa que pasó. Al bajar del quinto piso al cuarto, donde ¨estaban¨ las verduras, estaban de guardia los soldados. Este piso era su campamento. Nos vieron y fueron a por nosotros, pero nos adelantamos. Dos de los soldados, Asking  Ñerta, dispararon con sus dos escopetas de aire a los soldados. Mataron a dos. Era una buen arma. Solo quedaban dos guardias, que se murieron de miedo y se fueron corriendo. Nosotros fuimos a por ellos, no podía saber Torr donde estábamos pero... No le atrapamos. Entonces fuimos a bajar otro piso, fuimos a una caja de mantequilla podrida, que no era buen sitio, pero al menos estábamos escondidos. Dormimos.
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Día 6.

Nos despertamos y nos vimos en la mantequilla, nadie nos descubrió. Seguimos el camino. Entonces nos perdimos y no sabíamos a donde ir. Nos dijo Yuirt:
-Ir cada uno por un lado, tomad esto. Es una arma que hace ruido, solo hay que soplar a este tubo. Hará un ruido extraño. Tomad esto también, son como zapatillas pero con ruedas en formas de línea. Iréis más rápido así aunque os caeréis un poco.
Nos probamos esto y era difícil moverse, pero al tiempo le cogimos el truco. Fuimos buscando y encontré el lugar. Soplé el tubo e hizo un ruido muy desagradable. Se escuchó por todo el frigorífico, incluido el piso de Torr. Llegaron poco a poco todos los Gumbelos, cuando vi acercarse los miembros traidores. Entonces no pudimos esperar y salimos corriendo los pocos que estábamos. Escalamos para abajo y esperamos. Bajó un soldado de la traición y le disparó por abajo Asking. Entonces los demás se fueron corriendo a su piso, lo que no sabíamos es que mataran a los de nuestro grupo que no le dio tiempo a llegar. Cenábamos al soldado que matamos, ya acostumbrados de practicar canibalismo, cuando conté quienes estábamos. En el otro grupo eran 6, en el nuestro... 6. Tres personas tardaron demasiado en llegar. Nos encontramos Asking, Yuirt, Ñerta, Hurtera, Lorti y yo. Quedamos vivos los
de puestos más importantes, algo curioso. En el segundo piso dormimos entre bolsas de zanahorias podridas que no eran comestibles. Como estábamos llenos, no hizo falta comer.
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Día 7.

Ya eran 7 días metidos en el frigorífico sin comida, pero no era problema, todos los días comíamos personas. El problema era que los Gumbelos aguantan tiempo con el frío, pero llevábamos ya 1 mes y 20 días aquí, cuando lo máximo para estar bien que podemos estar con frío son 1 mes y unos 10 a 15 días. Cada vez tardábamos más. Entonces por el frío uno de nuestro equipo cayó inconsciente. Este fue Lorti... ¡Inconsciente, Lorti! Intentamos curarle, era el que más sabía de medicina. Pero no despertaba, lo habíamos perdido. Gabat estaba en el otro bando, esto era imposible. Muy deprimidos seguimos caminando cansados de andar todos los días. Por fin vimos la salida al primer piso. Bajamos y llegamos al último piso del destino. Dijo Hortera:
-Vamos chicos, aguantad. Solamente tenemos que andar 7 a 10 cm más para ir a la línea. Entonces abriremos la salida y saldremos vivos.
-Espero que estas armas sirvan.-dijo Yuirt, señalando las escopetas y una bomba.
-Seguro que sí.
Seguimos andando los 5 que quedábamos. Entonces Ñerta vio algo raro.
-Cuidado, vi a alguien moviéndose. Preparen sus puestos.
Pero era muy tarde.
Salieron 3 soldados de traición a por nosotros con cuchillas. Las lanzaron y dieron a Hurtera y a Yuirt.
-¡No!-grité yo.- ¡Os mataré, soldados imbéciles!
Me tiré hacia un soldado, le apuñalé con su propia lanza y fui a por los otros dos.
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Pude contra otro más y Ñerta disparó al que quedaba. Fui corriendo a ver a Yuirt y a Hortera. Estaban sangrando. Empecé a llorar.
-¡Por qué! ¡No merecían morir!-dije yo.
Entonces  vi que aquí al lado estaba la salida. Solo era poner la bomba y podría escapar. Asking me dijo al oído:
-Ahora los salvamos fuera. Cógeles, yo pongo la bomba. Aléjate.
Me alejé de la salida y puso Asking la bomba. Se alejó y Ñerta disparó con su escopeta de aire a la bomba. Le dio y, explotó. Fue suficiente para romper una parte del frigorífico. No salí, no tenía prisas. Ya estaba a salvo, pero con el canibalismo me cuidé bastante bien. No pasé demasiada hambre estos días, aunque dejé de ser vegetariano. Me fijé en Hortera y en Yuirt, inconscientes. Entonces me acordé de la aldea en la caja de zapatos de el cuarto de estar. Era la ciudad más grande de todas, aunque no fuera la capital. Aquí había de todo: Médicos, enfermeros, cirujanos... Toda la medicina. Pronto iba a ser este lugar capital tratado por el alcalde Pert pero al no tener tan buenos soldados como Yuirt no lo eran. Le dije a Asking y Ñerta:
-Aquí, a unos 5 metros, está la caja de zapatos donde residen Pert y sus miembros. Intentemos llegar allí lo más rápido posible.
Pero me dijo Asking:
-¡Estás loco! ¡Son 5 metros! ¡Y sin nada de comer! ¡Somos soldados del frío, no como ellos que son raza natural! Nuestro deber es seguir en el frigorífico.
-Sí, pero no tenemos comida. Esto está desértico. Pronto nos matará Torr o moriremos de hambre. Yo me sacrificaré por Yuirt.-dije yo.-Ñerta, ¿me sigues?
-No podemos andar 5 metros, son 500 centímetros. 1 cm equivale a 1 hm para los humanos. Para sorprender... ¿quieres que andemos 50 km?-dijo enfadado Ñerta.- ¿Además sin comer sano? ¡No pudimos casi con 60 cm, tú crees que con 500 cm salimos vivos!
-Si no quereis venir, decírmelo. Yo voy a intentar llegar. Se pasa por aldeas, no sé donde están, pero sé que se pasa por alguna. Si me entra hambre o sed comeré de la aldea que me encuentre. Yo me voy.

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-Espera.-dijo Ñerta.-Yo me voy contigo. No hay otra cosa que hacer además de esto, así que antes de morir, prefiero salvar a alguien.
-¿Pero vosotros, Ñerta y Rodre, creéis que Yuirt va a estar vivo y Hortera al llegar allí? ¡Estáis locos! No se puede hacer nada.
-Pero no hay nada que hacer.-dijo razonando Ñerta.-Vámonos Rodre, ya vendrá Asking si quiere venir.
-No me moveré de aquí.-dijo enfadado Asking.-Suerte, aunque moriréis de hambre.
Nos pusimos en camino Ñerta y yo. Yo llevaba en la espalda a Yuirt y Ñerta a Hortera. Llegamos a una encimera. Entonces vi al asomarme como un transporte. Fuimos a bajar Ñerta y yo, pero era muy difícil. Escalamos hacia bajo dos estantes, pero al 2 estante de abajo del todo nos cansamos. Dormimos, ya era muy tarde.

Día 8.
-Despertad.-dijo Asking.-Os vengo a ayudar. Es verdad, no se puede hacer nada en la capital.
-Bien, Asking.-dije yo-. Ñerta, vino Asking. Dale los puñales para escalar hacia abajo y bajemos.
Ñerta afirmó. Por fin bajamos al final del todo, cuando escuchamos un ruido raro. Vimos un puñal volando. Alguien nos iba a matar. Ñerta y Asking, los encargados de atacar a distancia, cogieron sus escopetas de aire y buscaron a la presa. Entonces vieron a Torr, que se lanzó sin nada a por nosotros. Bueno sí, tenía una espada y luego vimos una cuerda. Por arriba dos soldados le ayudaban. Los nuestros dispararon pero no le dieron. Entonces era el turno de Torr. Se lanzó a por Ñerta. Le apuñaló. Cogí el puñal de escalada y se lo lancé en una pierna. Quedó inmóvil. Sin armas que tenía, fuimos corriendo Asking y yo, llevando a la espalda ahora a Yuirt y a Ñerta, y fuimos a por el transporte. Era una caja de madera muy pequeña.

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 Busqué y encontré unas monedas de 1 cent, que eran de mi tamaño. Agujereé las dos monedas que vi, y la caja también con el puñal que tenía en la otra mano. Con una rueda detrás y otra delante como una moto, Asking empezó con su pistola de aire, otra arma que tenía, a disparar por atrás y por suerte... ¡Funcionaba! ¡Se movía el coche que acabábamos de hacer! Os sorprenderá que rompiéramos monedas de oro, pero los Gumbelos tenemos mucha fuerza. Disparaba Asking y yo, al coger la escopeta de Ñerta. Íbamos muy rápido. En unas 2 horas salimos de la cocina y perdimos a Torr. Nos cansamos de disparar con nuestro aire y nos quedamos pensando. No teníamos armas, además de las escopetas. La lanza fue usada para el coche, un puñal clavado en la pierna de Torr y el otro puñal se rompió al usarlo con las monedas. Solo escopetas. Miré a Ñerta. Ya era otro desmayado. Maldito Torr... Solo quedábamos ya Asking y yo. Si uno de nosotros dos fuera tocado, ya era imposible sobrevivir. Asking dijo:
-Se ve a lo lejos una aldea, vamos allí. Así descansaremos y hablaremos con su alcalde.
-Buena idea Asking. Quizás el alcalde nos ayuda. Las aldeas no tienen soldados, pero siempre un jefe de ciudad sabe luchar.
Soplamos y soplamos y llegamos al destino. Desmayados ya que no teníamos aire, nos dormimos en el coche.

Día 9.

Eran las 2:00 de la madrugada, y me despertó una chica. Al verla se vio una chica hermosa, morena y con traje de alcaldesa. Entonces me acordé de las palabras de Yuirt una vez:
-Si un día viajáis por las aldeas del alrededor, todo son alcaldes menos una alcaldesa, que es hechicera. Esta chica os curará. Por eso es la alcaldesa.
 
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En esta aldea solo viven mujeres y los forasteros que vienen para ser curados.
Le pregunté a la chica:
-¿Usted es la alcaldesa?
-Sí.-contestó.-Soy la alcaldesa de Girle, el reino de las mujeres. Cada vez hay más machismo en Gumbell menos aquí. Bueno, ya fuisteis curados todos los del coche extraño. Al ver a Yuirt y a vosotros al regar las plantas de las afueras de las aldeas, os curé. Es un honor que estéis aquí
-El honor es mío, señorita. Gracias a ti están todos vivos.
No me di cuenta hasta el momento de terminar de hablar que... ¡Yuirt y Hortera estaban vivos! ¡Además Asking y yo cogimos energías y descansamos! Y Ñerta... ¡Apareció por la puerta con su desayuno! Me dijo:
-Ven a comer, Rodre.
Fui corriendo abajo, y vi a Yuirt, Hortera, Asking y Ñerta comiendo. Me entusiasmé. Yuirt me dijo:
-¡Buenos días Rodre! Nos curamos al final. Todo gracias a esta chica llamada Nina, la alcaldesa de la aldea. Ahora que tenemos fuerzas podemos irnos al frigorífico. Tenemos un teléfono, que sirve para comunicarse con la gente. Un invento muy bueno nuevo. Con esto podremos pedir comida cuando necesitemos a la capital. También vendrán nuevos soldados. Al desayunar vamos en el coche nuevo que nos dejó Nina y tenemos armas nuevas.
Desayunamos y nos montamos en el coche. En una hora, ya eran las 4:00 de la mañana, llegamos al frigorífico. Empezamos a escalar para llegar al frigorífico. En el tercer estante de abajo escuchamos un ruido. Sentí un dolor en mi mano y me solté. Caí al suelo desmayado.

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Día 10.
Me despierto en la capital de Gumbell. Estaba en un hospital con una mano vendada.
 Un hombre me dice:
-Buenos días, Rodre. Al menos tú saliste vivo de aquí.
-¿A qué se refiere con al menos yo?
-Hubo un problema cuando Torr atacó. Te disparó y fueron a ayudarte, como era normal. Mientras Asking y Ñerta bajaron a por ti, Hurtera y Yuirt fueron a por él. Claro, estaban abajo, con lo que no tenían nada de ventaja. Torr sacó el arma y disparó a Yuirt. Este cayó desde el estante de más arriba al suelo. Unos 20 cm de altitud. Entonces Asking y Ñerta dispararon a Torr, y consiguieron derrotarle. Pero el problema no fue ese. Mientras Asking llamaba a la capital, a nosotros, aparecieron los dos soldados que quedaban vivos del bando de Torr, llamados Gir y Cuih, el traicionero Cuih.
Cuih disparó a Asking y Gir apuñaló a Hortera por detrás cuando por fin este hombre subió arriba del todo. Asking seguía vivo y mató a Gir pero nadie veía a Cuih. Entonces disparó a Ñerta, que era el único que seguía en pie. Cuando nosotros llegamos, os recogimos a todos y os mandamos al hospital. Hortera murió antes de llegar aquí. Al mandaros a vosotros 4 al hospital, llamé a Nina.  Esta chica te curó a tí, pero a nadie más. Al llegar todos estaban muertos menos tú. Y esta chica solo puede curar a los vivos. Conclusión: Asking, Ñerta y Yuirt murieron.
Me sentí fatal y solamente dije:
-¿Cómo?
-Lo siento, sé que te caían bien. Pero tú eras de los más jóvenes. Yuirt moría tarde o temprano. Asking tiene 2 años, con lo que ya era bastante mayor. Pronto se jubilaba y Ñerta... Siempre fue un buen soldado, con solo 9 meses ha podido ser uno de los soldados más famosos de la historia, pero era muy difícil sobrevivir.
Me sentía mal por todos ellos. Me quedé sin compañía. Empecé a beber y caí al suelo por infarto. No pude salir vivo de este problema. Aguanté 2 años e hice todo lo que pude....
-Así acaba la autobiografía de nuestro gran soldado Rodre. Hoy nos reunimos para su funeral y para pensar en él. Hagamos unos minutos de silencio por él, para que vea que pensamos en él.


RODRE
2012-2014
TODOS TE QUEREMOS,    
      GRANDÍSIMO SOLDADO.     
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¿Os gustó esta historia? Ya ha terminado, y como vieron es más corta que Queda Mucho Camino. Pronto se publicará otra historia